Todos los que te conocimos, sufrimos por tu muerte, este día es de los más tristes de nuestra vida, sentimos una enorme pena por tu familia y seres más queridos.
Porque hoy, nos asaltan los misterios más profundos
de la historia de los hombres. ¿Por qué tú? ¿Por qué de esta manera tan en
silencio, tan sin ninguna queja?
Creemos estar en una nube que envuelve nuestra mente
y nuestro corazón.
Todos los que te conocíamos sabemos de tu enorme
amor.
Amor por tu familia, amor por los compañeros de
trabajo, amor a los que siempre tratabas de animar y ayudar en los momentos de
dificultad, para que se sintieran parte del mejor equipo del mundo, un equipo
formado por las mejores personas, todos sabemos de tu enorme amor por tu
familia, por tus amigos, por los líderes que siempre estuvieron contigo, por
los niños, por los adultos mayores, por los discapacitados por naturaleza, por
los animales.
No se me ocurre otra cosa que recordar la canción de
Alberto Cortez, cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, también se nos
muere algo en nuestro cuerpo.
Una vez más se nos confirma que los humanos, no
sabemos nada del misterio de la vida, del porqué Dios no evita que personas en
plenitud, nos dejen en este valle de lágrimas, por qué suceden las injusticias
como la de perder a un gran amigo que nos ha querido con todo su ser, por qué
tan trágicamente se truncan las ilusiones del futuro.
Aquí estamos mi familia y yo, aunque a la distancia,
hoy para expresarte nuestro respeto, cariño y agradecimiento por tu amistad, y
por brindarnos la mano cuando mas la necesitamos.
Gran compañero y amigo, guíanos desde el cielo, donde
por tu pasado con la gente más necesitada, tu estuviste siempre ahí, dispuesto
a dar todo sin recibir nada cambio, Dios nuestro Amado Padre Celestial, te
tiene dispuesto un sitio de privilegio, como a todos sus hijos que aman a su
prójimo, porque con hechos demostraste que eres uno de sus hijos predilectos.
Guárdanos un lugar para que, en un futuro, a fin de
cuentas, todos somos tiempo, nos volvamos a encontrar con tu alegría, tu cariño
y tu buen hacer hacia la gente más necesitada, en su camino hacia Dios.
No nos dejes de acompañar en tu lugar por el mundo de
los cielos, cuida especialmente de toda tu familia, tu amada esposa, tus hijos,
tus nieto, y todos tus seres queridos, para que puedan seguir el duro camino
que la vida les ha puesto por delante, a todos mi familia y yo, les envíanos fe
en Dios para continuar en esta huida de la vida hacia la otra vida infinita,
nos dejas un gran amor hacia la gente más vulnerables con tu ejemplo e ilusión,
para que aunque no tengamos tu presencia física, sepamos siempre hacer lo mejor
en esta vida.
Tu recuerdo es algo que pervivirá para siempre, nunca nadie nos lo puede arrebatar, gracias por tu ejemplo y tu amistad solo puedo decir que oramos y oraremos para que Nuestro Señor y Salvador nuestro nos guarde un lugar a tu lado. Hasta siempre mi líder.
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