viernes, 26 de abril de 2019

Elecciones en BC, malabares en busca del voto

Fernando Castro Merino
BAJA CALIFORNIA
Redacción/Quihubole!!!
TIJUANA, a 26 de abril de 2019.- En Baja California, la efervescencia política está llegando a los límites de la ciudadanía. La contienda política por la gubernatura está mostrando una lucha intestina por el poder, aunque no precisamente para servir en la solución de los graves problemas de pobreza e inseguridad que enfrenta el estado. Ahí tenemos al Partido de la Revolución Democrática en franca debacle, mientras que la derecha busca mantener a toda costa el poder en el estado, a pesar de las pésimas condiciones en las que se han traducido varios años de gestiones albiazules. Morena y los otros dos partidos que poco han figurado en el escenario político del estado, el PRI, el Movimiento Ciudadano y el ahora actualizado “el partido de casa” el Partido de Baja California, se suma a la magra oferta electoral que busca llevar a 2 millones de bajacalifornianos el próximo 2 de junio.

En los sobre ruedas, en las plazas comerciales, colonias populares en las que nunca se habían ido a parar, hoy los candidatos toman en cuenta al fin a los poblados marginados de la Zona Este de Tijuana, Planicie, Altiplano, Mariano Matamoros, El Encinal, etc. etc. etc. Hoy, los zapatos de los candidatos conocen el polvo, para que salga en la foto lo que es caminar en calles empedradas, cercanos al electorado. Tras darse el arranque electoral, la pasarela de ocasión lleva a marrones, azules, etc, a conocer cómo es que doña María del sobre ruedas del Ojo de Agua, tiene que levantarse a las 6 de la mañana para alzar su puesto de ropa y buscar subsistir con ese precario empleo; es la etapa del “prometer”, del llamar a la unidad, un lugar común que todos los candidatos comparten, aunque poco asimilen de las causas estructurales de la pobreza de los bajacalifornianos. Nuestra gente, en medio de la pobreza, escucha una vez más que se tiene que estar con el pueblo, palabras que solo se quedan en el discurso, en la paráfrasis de un mejor futuro, de un “ahora sí les vamos a resolver, olvidémonos de otros gobernantes”.

Candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados se han lanzado al ruedo, en busca de votos, en lugares donde ni siquiera habían escuchado su nombre, a lugares en los que los bajacalifornianos trabajan día a día para sacar a su familia adelante; los slogan se escuchan ya en las avenidas, en las calles y en los poblados olvidados; aquí y allá suenan las frases tan coloquiales y nada cambiadas de “aquí te escuchamos, yo estoy contigo, mi nombre es Juan de las Pitayas  y soy tu amigo, el cambio lo hacemos juntos, confía en mí y transformaremos nuestra ciudad”; un deja vü, le llamaron algunos vecinos, al percatarse de la temporada electorera que ya está en marcha.

El discurso está caducado, las promesas son cada vez más vacías, porque como dice un filósofo, para poder transformar nuestra realidad, primero hay que conocerla y de esto último nada tienen los candidatos; de pobreza solo conocen las cifras, las numeralias y las  estadísticas, en el mejor de los casos, en el peor, se trata de apuntes rápidos y notas para el discurso en la cuadra; de la vida de María, Mario, José, Manuel, Pedro y de los cientos de miles bajacalifornianos no saben nada. Solo los que trabajamos los 365 días del año, al lado de la gente empobrecida, podemos decirles que, por ejemplo, desconocen que en decenas de colonias el agua llega solamente tres veces a la semana (y en pipas), aunque se les cobra un suministro de 7, que cuando regresan del trabajo las calles están totalmente a obscuras y hay más posibilidades de que los asalten, que tienen que decidir diariamente entre mandar a su hija a la escuela o llevarla consigo para sacar más dinero y alimentar a la familia, que las condiciones sociales se hacen cada vez más difíciles por las políticas del nuevo gobierno federal que borró de un plumazo la sola oportunidad para que obras públicas de primera necesidad para aliviar la marginación de sus colonias. Esta es la realidad a la que los candidatos cierran los ojos y quieren ver solamente por encima, renovando sus promesas, sin un plan que comprenda las diversas dimensiones de la pobreza que rodea a los habitantes de uno de los estados más pujantes económicamente, pero cuyos hijos sobreviven en andrajos y bajo techos y paredes de desecho.  

Los bajacalifornianos y los que vivimos en esta hermosas tierras fronterizas, debemos de abrir bien los ojos y la mente, debemos de aprender a analizar, a comprender como dijo el economista Karl Marx, “a conocer nuestra historia para transformar nuestro entorno social”; a no dejarnos engañar por la imagen gastada de que tal funcionario atrapará a tal corrupto o que ya entregaron a otro. Es necesario observar con cuidado, analizar con detenimiento, pero sobre todo comprender que esta jornada electoral será decisiva para nuestro estado y que quien llegue al poder debe dar resultados. Nosotros no debemos de quedarnos como rocas, inmóviles viendo cómo se violan nuestros derechos, es momento de organizarnos y exigir juntos compromisos serios que beneficien a la sociedad en general, que no sean solo acuerdos de grupos, sino que sean compromisos con los más necesitados, entre los que nos contamos miles de antorchistas; por eso debemos se seguir unidos, para seguir creando la fuerza social que necesitan las capas más desprotegidas de nuestro país.

Fernando Castro Merino
Vocero del Movimiento Antorchista en Baja California

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