“Yo
pido perdón a los mexicanos. Mil disculpas. Hemos caminado por todo México y
hemos recibido mucha ayuda. Tengo todo que agradecerles. Yo he criado a mis
hijos con muchos esfuerzos y dándoles frijoles y tortillas”, dice Miriam
BAJA CALIFORNIA
Por: Steven Sxkovedo
Redacción/Quihubole!!!
TIJUANA,
a 21 de noviembre de 2018.- La mujer que desató el enojo de muchos mexicanos en
las redes sociales, por rechazar un plato de frijoles con tortillas, fue
entrevista por la cadena BBC Mundo.
Para el
infortunio de la mujer, sus palabras provocaron el rechazo de algunos mexicanos
contra la caravana de migrantes hondureños. Los centroamericanos la han pasado
mal a su llegada a la ciudad de Tijuana, en el norte de México.
Ante
los mensajes ofensivos y las manifestaciones contra lo migrantes la pobre mujer
de nombre Miriam Celaya, fue entrevistada cuando estaba a punto de irse con sus
hijas pequeñas del albergue, en parte, dice, por el “bullying” que ha recibido
de otros hondureños por haber afectado su imagen ante los mexicanos.
Miriam
dijo que la razón por la que decidió dejar Honduras, es ir a Estados Unidos y
lograr que operen a una de sus hijas, Brittany, de 11 años y que es sordomuda.
“Yo
solo quiero conseguir tratamiento para que ella pueda oír y que no podía pagar
en mi país. Si luego tengo que volver allá, lo hago”, dice.
Pide
disculpas a México y agradece el apoyo
Y sobre
el incidente, donde aparece en una entrevista para la televisión alemana
Deutsche Welle, y dice: “Mira lo que están dando: puros frijoles molidos, como
si le estuvieran dando de comer a los chanchos. Y ni modo, hay que comernos esa
comida porque si no nos morimos de hambre”.
Miriam
pide disculpa, mientras llora:
“Yo pido
perdón a los mexicanos. Mil disculpas. Hemos caminado por todo México y hemos
recibido mucha ayuda. Tengo todo que agradecerles. Yo he criado a mis hijos con
muchos esfuerzos y dándoles frijoles y tortillas“.
Explica
que cuando el periodista llegó a entrevistarla estaba ofuscada por un incidente
que había ocurrido momentos antes.
Su
versión sobre el incidente
“Uno de
los jóvenes que estaba repartiendo la comida, intentó forzar a mi hija a que
comiera, cuando ella estaba enferma del estómago. Como ella no quería, él se
quejó: ‘Estos putos hondureños no quieren comer frijoles'”.
“Nos
han dado comida, ropa, medicina, cuando no era su obligación”, reconoció.
“Cuidado con los contenidos de Internet”
Algunos
honureños han dicho en redes sociales que están muy agradecidos con los
mexicanos por todo lo que les han dado, por el “bocado que se han quitado para
dárnoslo”.
Pero,
este video cayó en tierra fértil para que surgiera la xenofobia y racismo,
coinciden dos expertos en comunicación entrevistados por BBC Mundo.
“Es
importante ser críticos y tener cuidado con lo que consumimos en el internet.
Es muy fácil modificar una foto, cortar un video y manipular la información.
Ahora
faltaba un motivo para que despertara el odio contra esta gente vulnerable”,
asegura Martín Pineda, a cargo de las redes sociales de la ONG Centro de
Recursos Centroamericanos.
“Los
frijoles son un alimento que provoca muchos sentimientos a los mexicanos,
porque es parte de su cultura. Los indignó que si regalan lo que tienen fueran
rechazados”.
Claudia
Benassini, investigadora en medios digitales de la Universidad La Salle en la
Ciudad de México, explica que este es un caso clásico en el que “la viralidad
de los contenidos tiene fines poco claros: no sabemos ni sabremos quienes están
detrás de esto”.
Pero,
dice, la información se ha manipulado para crear rechazo a los hondureños.
Tras el
incidente de Miriam Celaya y el plato de frijoles, entre los contenidos que se
han hecho virales hay uno especialmente explicativo, dicen los expertos.
Una
foto muestra a un hombre con un cartel en el que dice: “En Honduras no comemos
frijoles. Si vas a apoyar, que sea algo digno”.
Esa
imagen es de un activista que fue asesinado el año pasado y cuyo cartel decía
en realidad: “Quiero que mis hijos tengan una educación pública de calidad, sin
represión ni autoritarismo”.
Tras la
manifestación del domingo y los contenidos racistas que circulan encontra de
los migrantes, estos salen menos del refugio en Tijuana.
Elsa,
una estudiante mexicana de 14 años que vive cerca del refugio, le dijo a su
padre después de asomarse por las rejas del recinto: “Yo no sé porqué hablan
tan mal de los hondureños.
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