CHIAPAS
Redacción/Quihubole!!!
HUIXTLA, a 24 de enero de 20178.- Mil
disculpas dilecto amigo por abordar un tema que no les incumbe y que nada tiene
que ver con ustedes, sin embargo, acudo a su noble comprensión pero es que no
quise dejar pasar ni un día más sin compartir mi agradecimiento públicamente a
mi familia.
Y
es que cando pienso en la suerte que he tenido de tener la familia que tengo,
se me enchina la piel y se me hincha el corazón y me emociono, al grado tal,
que recurro compartir mis dichas y alegrías con mis amigos, por todas las
virtudes y los mal llamados “defectos” que podamos tener (que no son más que
muestras de inconsciencia, por lo tanto, en esencia, irreales)…
Doy
gracias, en primer lugar a Dios y a mi madre Doña Marina quien me dio la vida. En mi madre tengo un
gran referente. Es la mujer más sencilla y humilde, noble, lista, espontánea y
ocurrente que he conocido nunca. Su capacidad de naturalidad no tiene igual.
Pura nobleza.
De
ella, he aprendido a no perder jamás la confianza ni el sentido de compartir,
entre otras muchas cosas. Madre donde las haya. Su capacidad para tener tanta
paciencia mil y un problemas por resolver a la vez, su humildad, sobre todo, no deja de asombrarme.
Generosa por naturaleza y excelente cuidadora.
Gracias
a mi padre, del que también admiro aun en su ausencia física del que guardo
grandes valores: el que más, la nobleza de su corazón. Este es uno de los
valores pilares en mi vida: la nobleza de corazón, la bondad. Además de su gran
inteligencia y cultura, su saber estar y discreción, su tono siempre calmado,
su sonrisa amable, su tímida dulzura que escondía su rico universo interior que
en mucho, me recuerda al mío.
La
verdad que ambos, mi madre y mi padre son una mezcla excelente y así han salido
sus hijos 😉. Gracias a
mi hermana, Chabe, cuidadora y detallista por naturaleza.
Yoly, la conta, un gran tesoro para mi vida, inteligente
y astuta, gran observadora, exquisitamente discreta y educada, responsable,
excelente profesional, con noble locura y sentido del humor que la hacen única,
la segunda, mi hermana Lupita, uff, una dulzura, por sus poros emana amor como persona,
con un punto mejor a su favor, creyente en el amor de Dios, de sana mentalidad,
noble, callada, honesta, gran protectora y muy amorosa.
Blanqui,
la Profa, también excelente profesional, tiene esa habilidad de estar ahí siempre que la hemos necesitado, apoyando
a mi madre y a mis hermanos en todo. Y, gracias a mi hermana Viky, mi otro gran tesoro familiar, brazo derecho y cuidadora, sensibilidad y amor inigualable.
La
verdad que me tocó la lotería con mis hermanas, incluyendo a Tere, orgullo de lealtad y entereza y eso, no
tiene precio. Admiro también muchísimas cosas de todas ellas. Son pura nobleza. Pura
bondad. Pura calidad humana.
Mi
hijo Jenner, su esposa Claudia y mis nietecitos Jenner, Christian Alejando y
Abrilita, mis tesoros. Súperdivertidos y muy inteligentes. Todos con un tremendo amor, sentido del humor y alegría. Mi hija Evelyn Haydee, envidiablemente limpia y
ordenada (creo que todos los genes responsables del orden, los heredó de su
amada madre, y yo que me quedé sin esa gracia por dársela a ella) 😉.
Claudia.
La nuera que todo suegro quisiera tener jajaja. Atenta y educada, cariñosa
hasta mas no poder, ahí sí, genes heredados a mis tres nietecitos. Si tuviera
que resumir en una frase, diría que siempre es un enorme placer y dicha estar en la grata
compañía de todos ellos porque reúnen todos los ingredientes para disfrutarlos,
ya sea que estemos riendo, hablando, en silencio o chateando 😉.
En
cuanto a mis demás hermanos, he tenido la gran suerte de disfrutar tanto de Israel,
Javier, Beto, los tres siempre prestos a cualquier hora para para que el tiempo
pase sin darnos cuenta, Estos últimos,
han marcado significativamente mi infancia y, Carlos, aunque ausente
físicamente, no dejamos recordarlo en nuestras platicas de hermanos por sus
locas y risibles ocurrencias.
Por
tanto y tantas cosas bellas que recordamos en familia, mi vida es
irreproducible escribir aquí todo lo que me han aportado. Son también un gran
referente en mi vida. Con ellos, aprendí a disfrutar de la vida, a amar la
naturaleza, a vivir la magia, a desarrollar el poder de mi imaginación, a
soñar, a recibir y dar amor, a saborear las cosas más sencillas…tantas cosas…
Don
Laco (+), mi padre, quien sembró la semilla de amar a Dios en lugar fértil en
la familia. Él era una fuente de conocimientos inagotable; poseedor de una
memoria prodigiosa y gran amante del conocimiento y del saber. Del trabajo bien
hecho. Con una imaginación brillante. Increíblemente ordenado, cuidadoso,
limpio y metódico. Muy muy alegre, súpercariñoso y con una mente ágil que le
otorgaba un sentido del humor realmente único y especial.
Mi adorada madre,
nunca me cansare de decir que ella es la mejor conocedora de mis sentimientos,
ella comprende mi sensibilidad y emotividad y en ella, siempre he tenido a mi
gran aliada y mayor confidente. Y hoy en día y ya de adulto, tengo la bendición
de Dios de tenerla con vida, admiro mucho en ella y sigue inspirándome con su
alegría incombustible, su sentido de amar, su enorme fortaleza, su dinamismo,
su impulso, su naturaleza activa, su gran vitalidad… Sin la influencia de mi madre y mi padre, definitivamente, hoy yo no sería el que soy, alguien con mucho amor a mi
prójimo.
Evelyn
Haydee, mi hija, ay Dios, orgullosamente Escobedo, una gran persona, con
grandes valores y de grandes virtudes. Algo atrevida, no es de las que se
dejan, sabe cuándo responder y en qué momento dar el zarpazo.
En
fin, locos todos… y yo que no me escapo, soy de febrero, del 5 precisamente y
ella, de un loco y fortuito día 29 del mes más loco, si quieren saber su edad,
échenle pluma, ella cumple cada cuatro años. Por eso, en esencia, he tenido la
fortuna por la gracia de Dios de pertenecer y conformar una familia bonita,
honesta, trabajadora, alegre, sonriente, honrada y… loca. Locura sana, claro.
Y,
otro gran aporte y muy importante que se me olvidaba, mis hermanas, todas ellas,
grandes amantes de los animales, de los perritos sobre todo. En casa hemos
disfrutado de la compañía de diferentes mascotas y, todas ellas, tienen su
rincón especial en la casa materna porque siempre nos han enseñado algo común a
todos, ser mejores personas.
GRACIAS,
FAMILIA. Los quiero muchísimo a todos. Este es mi pequeño homenaje público a
ustedes, una forma de agradecer de mi parte la hospitalidad que me brindaron
durante mi estancia en esta bella y añorada Huixtla 2017-2018 y, puedo decir orgulloso
que los llevo en mi corazón y allá donde voy de regreso a Tijuas... lo
increíble es que llevo más de 1400 kg de amor y dicha y no pesa nada
😉. Si Dios así me lo
permite, el próximo año vengo por más. Los amo en el Amor de Cristo.
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