El
líder fundador de Un Millón de Amigos Enoc Hernández Cruz, visitó el Tuxtla que
sufre, llora y sangra, parafraseando el Canto a Chiapas de Noquis Cancino
CHIAPAS
Redacción/Quihubole!!!
TUXTLA
GUTIERREZ, a 9 de Junio de 2017.- El Tuxtla de la pobreza, el Tuxtla olvidado,
el Tuxtla de la gente menuda, el Tuxtla que sufre, llora y sangra, ese es el
Tuxtla por el que nos debemos comprometer a trabajar en unidad, en equipo, sin
diferencias ideológicas y sin egoísmos, afirmó Enoc Hernández Cruz, al reunirse
con más de 500 personas de cinco colonias ubicadas en la periferia norte de la
capital chiapaneca.
En una
de las calles donde todas son de terracería, de la colonia Flor de Mayo, el
presidente fundador de la Asociación Civil Yo Quiero Tener Un Millón de Amigos,
escuchó con atención los lamentos, la desesperación, la tristeza, el llanto y
el coraje principalmente de las mujeres que son madres de familia y que a diario
sufren ante la escasez de los servicios públicos.
En esta
colonia donde a flor de piel se percibe la pobreza, como también ocurre en las
colonias vecinas de nombres bonitos como La Fortuna, Jardines del Norte, Yukis
y Santa Isabel, Hernández Cruz, recordó su infancia en el ejido Miguel Hidalgo
en el Municipio de Jiquipilas, "es aquí donde me identifico con los que
poco tienen y mucho sufren, con los que poco son escuchados y mucho
necesitan".
Es aquí
afirmó donde debemos unir esfuerzos para trabajar en equipo e impulsar la
participación ciudadana. Soy un convencido que ninguna gestión prospera
-agregó-cuando la gente es apática, indiferente o irresponsable y para
encontrar respuestas a las necesidades cotidianas lo fundamental es levantar la
voz y levantar la mano.
En
estas cinco colonias no hay drenaje, el agua solamente está al alcance de
quienes la pueden comprar en pipas, en los postes de CFE hay lámparas fundidas
e irónicamente las que funcionan se encienden durante el día y se apagan
durante la noche.
Por el
mal estado de todas las calles los taxistas y conductores de las combis de
pasaje frecuentemente se niegan a brindar los servicios por lo que un vecino se
puede tardar hasta una hora para llegar al parque central de la ciudad.
Por las
noches, de todas partes aparecen bandas de malandrines, integrada por jóvenes y
adultos con tatuajes en todo en el cuerpo, de largas cabelleras, andrajosos que
su simple presencia causa temor entre las familias que viven en esta zona. Las
patrullas, rara, muy rara vez se aparecen por ahí sin importarles que la gente
menuda sea víctimas de estos pandilleros.
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