sábado, 23 de abril de 2016

SEMÁFORO: ¿Y PEMEX TAPACHULA?

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE
Según narra Homero Adame en su libro “Mitos y leyendas mexicanas”, fue el 3 de abril de 1904 cuando en esta pequeña población de la Huasteca potosina se perforó exitosamente el primer pozo petrolero en México, evento que lo encaminó a ser uno de los países con mayor producción de crudo en el mundo, así como con una de las más intensas labores de exploración.
Cuenta la historia que, desde finales de 1903, Ébano, San Luis Potosi; varios exploradores norteamericanos anduvieron infructuosamente perforando pozos en diversas zonas del país, y fue gracias al geólogo mexicano, Ezequiel Ordóñez, que el sueño se volvió realidad, toda vez que él sugirió que se perforara un pozo al pie del mítico cerro de La Pez. Según las crónicas, a media tarde del 3 de abril de 1904, el primer brote de petróleo alcanzó unos 15 m de altura ante la algarabía de los incrédulos presentes.
Pero la historia de Ébano no se limita exclusivamente a tan importante hecho, sino que ésta se remonta a la época prehispánica con asentamientos huastecos. Como reminiscencias todavía existen por ahí las ruinas arqueológicas de Tamatao (“Lugar de casa”), mismo nombre con el que se conocía a Ébano en las primeras décadas de la conquista. Ya con la presencia española, Tamatao fue primero una región de encomiendas para luego convertirse en un latifundio que originalmente llevó por nombre “Sitios de la Huasteca”, para después conocérsele “San Juan Evangelista del Mezquite” y finalmente “Hacienda del Tulillo”.
Posteriormente Edward Doheny, originario de Wisconsin, en Estados Unidos, fundó la “Huasteca Petroleum Company” e inició su auge en este giro con una producción diaria inicial de 1,500 barriles diarios. Posteriormente el mismo Doheny creó la “Compañía Mexicana de Asfalto y Construcción” encargada de pavimentar algunas calles de la ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y otras ciudades capitales en el país.
AMARILLO
Sin embargo Joel Álvarez de la Borda en su libro “Crónica del petróleo en México: De 1863 a nuestros días” muestra un panorama distinto en el cual narra que “los antecedentes más lejanos del petróleo en México se encuentran en los usos prácticos que tanto las culturas mesoamericanas como los colonizadores españoles dieron a los depósitos superficiales de “chapopotli”. El petróleo acumulado naturalmente por las filtraciones subterráneas fue utilizado, entre otras cosas, en la elaboración de figurillas de arcilla, ungüentos medicinales, dentífricos, adhesivos y en el calafateo de barcos. Fue hasta mediados del siglo XIX cuando el petróleo se convirtió en una sustancia con alcances comerciales debido al desarrollo de sus propiedades como iluminante, lubricante y combustible. Esta nueva era del petróleo comenzó en Estados Unidos, donde la comercialización del crudo y sus derivados creció rápida y notablemente a partir de la explotación de los depósitos superficiales, pero sobre todo de la producción obtenida a través de la perforación sistemática de pozos.
En México, la historia comercial del petróleo se remonta a 1863 cuando un cura de nombre Manuel Gil y Sáenz descubrió un yacimiento superficial, que llamó “Mina de Petróleo de San Fernando”, cerca de Tepetitlán, Tabasco. Gil pensaba comercializar crudo en Estados Unidos y envió diez barriles a Nueva York, donde se comprobó su buena calidad; sin embargo, el auge productivo norteamericano había hecho descender los precios a tal punto que le fue imposible competir dentro de ese mercado. En 1864 Maximiliano intentó promover las actividades petroleras otorgando la primera de una serie de concesiones para la explotación de depósitos naturales. Las concesiones se otorgaron previo denuncio por parte de los solicitantes, tal como lo establecían las ordenanzas de minería de la época colonial, y abarcaron diversas zonas localizadas en Tabasco, norte de Veracruz, sur de Tamaulipas, Estado de México, Istmo de Tehuantepec y Puebla. Ninguna de ellas prosperó.
Realmente la primera compañía que extrajo petróleo de pozos perforados y produjo destilados fue la Compañía Explotadora de Petróleo del Golfo de México, en 1868 por Adolfo Autrey, un médico norteamericano de origen irlandés. Autrey importó maquinaria  y la llevó hasta la región conocida como El Cuguas, cerca de la población de Papantla, Veracruz. Allí, taladró hasta una profundidad de 50 pies consiguiendo un flujo de unos cuatro o cinco barriles diarios. La compañía fracasó y las operaciones fueron abandonadas. Años después Autrey retomó los trabajos más interesados en fabricar y vender destilados que en producir crudo. Hacia principios de la década de 1880 rehabilitó uno de los viejos alambiques e instaló una pequeña refinería en Papantla que surtía con el crudo de los criaderos de El Cuguas. Las crónicas mencionan que logró producir unos 4 000 galones de queroseno que vendió en los mercados locales. Su mayor e insalvable problema fue el transporte, pues tanto el crudo como el queroseno eran transportados a lomo de mula. Finalmente, Autrey dejó el negocio del petróleo para dedicarse a su profesión y establecer una farmacia en Tampico.
ROJO
Con la reciente catástrofe sufrida en el estado de Veracruz en la que se han contabilizado varias decenas de muertos y heridos, que por cierto, según se menciona, habían demasiados empleados: “una explosión de esta naturaleza en Estados Unidos solo mataría a 4 o 5 personas, la razón es que allá una refinería de estas puede ser operada con unas 20 gentes a lo más”.
Al igual que en Tapachula, en Veracruz los trabajadores ya habían alertado sobre el peligro, sin embargo lo mismo que en Tapachula hicieron caso omiso.
Aquí desde que fuera diputado, luego senador y candidato, Manuel Velasco Coello pugno por la salida de las instalaciones de PEMEX de Tapachula y ya como gobernador informo y ha dado publicidad como un logro la salida de esta empresa de Tapachula, lo cual no es cierto, PEMEX sigue funcionando en el mismo lugar que desde hace varias décadas de años ha venido funcionando con el riesgo que pueda explotar con fatales consecuencias en las que mucha gente que habita en fraccionamientos y colonias alrededor sufran las consecuencias de una política engañosa.
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México; 22042016

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