Por Juan Bustillos
No hay duda, Beltrones está resintiendo la falta de apoyo y
no puede darse lujos como gastar los pocos dineros disponibles en medio millar
de buenos para nada que si “El Meme” Garza, Toño Cueto y Del Toro Calero los
tuvieran enfrente, los tundirían a cuerazos
En los tiempos del más demócrata de los líderes nacionales
del PRI, Jesús Reyes Heroles, en un municipio veracruzano, Toño Cueto Citalán
se amarró en la parte posterior del colchón de una cama de hotel, en donde la
autoridad electoral depositaría las urnas conteniendo los sufragios de una
elección. Todo, cuarto y papelería electoral, eran custodiadas por soldados.
Por la noche, “Lotario”, como apodábamos al ayudante de
“Mandrake”, Luis del Toro Calero, se desató para votar a modo de que su
candidato ganara las elecciones. Luego descansó en espera de que la autoridad
electoral regresara por las urnas. Llegado el momento se escondió de nueva
cuenta y cuando todos se marcharon, incluido el guardia militar, se fue a
cumplir otra misión.
Así operaban lo que el columnismo político moderno llama
“mapaches”.
Este episodio, asombroso y emocionante, no lo fue tanto
como el ocurrido en el conteo de votos en otra elección veracruzana. Faltaba la
casilla que decidiría el triunfo o derrota del PRI. Por aquello de las dudas,
Toño obró por inspiración, se apoderó de la urna y corrió como alma poseída por
el dominio hasta que un campesino con una “mocha” (un machete con gancho,
especial para cortar caña de azúcar) partió la urna en dos y de paso rasgó su
camisa.
De estas y otras maneras, Cueto Citalán y Del Toro Calero
ganaron elecciones para el PRI de Reyes Heroles y otros más durante décadas;
los que hoy se hacen llamar “mapaches” nada tienen que hacer junto a ellos.
Simplemente no evolucionaron con la legislación electoral.
Ayer Salvador García Soto, uno de los columnistas políticos
más informados, escribió sobre una especie de rebelión o decepción de 500
“mapaches” priístas; su inmovilidad por la crisis económica que sufre el
partido meterá en aprietos al PRI y a Manlio Fabio Beltrones en las elecciones
de junio próximo.
En realidad no se trata de falta de dinero lo que ha
motivado que los “mapaches” resientan el desempleo, si bien son ciertas las
deudas y el estreñimiento presupuestal a que ciertas instancias han sometido al
tricolor.
Pregunté en donde hay que hacerlo y me encontré con que la
realidad es que el PRI llegó al convencimiento de que los “mapaches” son cosa
del pasado dada su incapacidad para evolucionar con la legislación.
Ya ninguno logra cumplir el dicho de Mario Vargas Saldaña
refiriéndose a la manera de ganar elecciones de Sergio Guerrero Mier que llegó
a gobernar Durango: “hasta parece que gana a la legalona”.
En los tiempos actuales los “mapaches” se convirtieron en
vividores del PRI: cobran salario y viáticos, piden ayudas locales a
gobernadores y candidatos y a cambio no
consiguen un voto; cuando hay triunfo lo presumen y si hay derrota se ausentan
con premura culpando del desastre a otros.
No hay duda, Manlio está resintiendo la falta de apoyo y no
puede darse lujos como gastar los pocos dineros disponibles en medio millar de
buenos para nada que si “El Meme” Garza, Toño Cueto y Del Toro Calero los
tuvieran enfrente, los tundirían a cuerazos.
Los tiempos heroicos de esconderse bajo el colchón o huir
con una urna en brazos perseguidos por los campesinos, son historia. Hoy se
trata de ganar a la legalona.
Cuando Beltrones buscó el liderazgo nacional del PRI sabía
que no habría trabajo en equipo y que el dinero le sería escatimado, pues a
algunos conviene que pierda por más que sus derrotas, si se dan, una o dos,
pondrán al PRI en riesgo en el 2018.
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