jueves, 31 de marzo de 2016

SEMÁFORO: ¿Y LAS “PERIQUERAS” DEL PARQUE BICENTENARIO, PA CUANDO?

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE
Hace algunos años, en los comienzos de la historia del parque Bicentenario, el ayuntamiento instaló unos curiosos kioscos de venta con forma de jaula en dicho parque, las cuales con el tiempo han llevado diversos colores. Éstas interesantes estructuras metálicas se abren dando lugar a un exhibidor amplio donde en un principio nos permitieron adquirir y leer revistas de corte turístico, con el tiempo se anexaron a ellos las ventas, tomando como base los productos regionales, lo cual en mi opinión fue en su momento una buena forma de captar la atención hacia un espacio público tan bonito y además promover el turismo y el comercio local sin caer en el ambulantaje y vendimias mal organizadas.
Una interesante reflexión nos plasma Priscila Montes en relación al abandono de estos puestos.
AMARILLO
En un principio estas “periqueras”, como algunos suelen llamarles, se encontraban abiertas y con alguna venta o exhibición todos los días, en ese tiempo las cápsulas eran rentadas sin distinción alguna, con costos muy elevados, por cierto. Este hecho suscitó muchas críticas y descontento por parte de la población, pues se alegaba la sobrevaloración del inmueble, además de tratarse un espacio público donde no deben existir cobros como ese, aunado a ello, con el paso del tiempo, agregaron filtros para la reta y entonces afirmaban ser indispensable la venta exclusiva de productos de la región, a se tratara de alimentos o artesanías.
Así comenzaron a cerrarse las cápsulas, una tras otra, pues en una ciudad marginada en su economía como es la nuestra, pedir cantidades exuberantes por la renta de un espacio, resulta ilógico; a ello agreguemos el no saber dónde terminaba el dinero de las rentas, pues seamos sinceros, como buenos tapachultecos, queremos saber  en qué se gastan nuestros impuestos, por qué y cómo.
Por suerte (o por desgracia), el cobro de las susodichas rentas cesó y comenzaron a otorgar el uso de las cápsulas de forma distinta y se volvieron en su mayoría puntos de información turística.
ROJO
Parece increíble y a simple vista carece de sentido, sin embargo; es necesario hacer mención de ello.
Con el cese del cobro por uso de los kioscos del ahora Parque Cultural Bicentenario, también decayó su uso, pero no como quien descuida su casa y no la pinta, se trata de algo peor.
Si usted, estimado lector, asoma la mirada por el parque, podrá observar con claridad esas enormes y coloridas estructuras CERRADAS TODO EL DÍA Y LA NOCHE, pintadas y conservadas por fuera pero llenas de polvo por dentro, ni un alma se acerca para siquiera simular su uso. Un desperdicio de presupuesto.
¿A qué se debe eso? Me atreví a indagar el caso. Lo primero fue descartar a la Dirección del Parque Cultural Bicentenario y al IMCA (Instituto Municipal de Cultura y Artes), los servidores públicos correspondientes aseguran que las cápsulas al igual que la cafetería del kiosco central son propiedad del DIF Municipal y como tal, pese a regular las actividades del Parque Cultural y promoverlas, ni la Dirección del parque, ni el IMCA tienen injerencia en la situación actual de total abandono de las cápsula, pues por obvias razones, es preferible no meterse en los asunto de otros departamentos. Hasta aquí todo es claro y comprensible.
El siguiente en la lista es obviamente el DIF Municipal. Las causas de beneficio social también requieren un financiamiento, a fin de cuentas, si descontamos todos los requerimientos del DIF de nuestros impuestos, sería requerido aumentarlos, pues son muchas las necesidades de esta dependencia por albergar, ayudar y fortalecer a los grupos vulnerables, hablemos de la infraestructura, el personal capacitado, los insumos alimenticios, medicamentos, ropa en los casos meritorios, mobiliario y demás. Debido a ello y dada la escasez de recursos en nuestra ciudad, el DIF se ve en tal circunstancia por resolver donde lo más viable es encontrar fuentes de ingreso o donativos como es el caso de cafetería del parque bicentenario, una concesión otorgada por el ayuntamiento municipal, así como lo son las tristes y olvidadas cápsulas.
Si con cada administración se reactiva y renueva la cafetería, ¿Por qué eso no ocurre con las cápsulas? Se pretendía ayudar a la población con estas estructuras, una vez retirado el cobro o contribución por su uso, ese era el proyecto, brindar apoyo a quienes realmente lo necesitaran al ofrecerles un espacio de comercio con la ubicación apropiada y con ello lograr un ingreso para el sustento.
En algún punto de la historia del DIF, en una administración llena de confusiones, eso se perdió, pues la concesión la otorgaron a ciertas asociaciones civiles cuyos nombres, prefirieron no mencionar. Éstas desconocidas asociaciones civiles tenían el trabajo de colocar ahí a la persona “X” cuya necesidad ameritara el uso de una cápsula, o bien, realizar actividades en ellas con las cuales fueran capaces de cubrir ese altruismo con más personas y ¿Qué ocurrió? ¡NADA!
Hasta hoy en día esas grandes estructuras metálicas siguen sin ser ocupadas y lejos de atraer a la gente, fomentar el turismo, la cultura, reactivar la economía o servir de apoyo a grupos vulnerables, mancha la imagen de un parque que lucha por sobresalir.
Las cápsulas son el recuerdo de un triste caso común, sobre como los más pudientes n aprovechan los recursos otorgados, es pues, una tierra en manos muertas, una lamentable concesión para la cual hubo inversiones y está ahí… sirviendo de nada. Hay solución, claro, como la mayor parte de las cosas en esta vida, y la solución no es quitarlas del parque por no estar sirviendo en lo absoluto, una de ellas podría ser remover las concesiones otorgadas de esas manos cuyo interés por ellas no existe, entonces volver a rentarlas a la ciudadanía en general, para reactivarlas y obtener con ello un beneficio económico para las causas sociales, tomando en cuenta la situación actual de nuestros bolsillos, es decir, no exagerar los precios de renta para que sean accesibles y si les parece más apropiado, que sean los grupos vulnerables los encargados de ello y para evitar riñas, idear un plan de trabajo que beneficie a todos, como los riegos de temporal, una temporada para fulano, otra para zutano y una más en apoyo a perengano.
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. yWts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México; 31032016

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