Por: Jorge Escobedo
Fue hasta el pasado 28 de
Noviembre en que autoridades de salud confirmaron los dos primeros casos
autóctonos del virus del Zika en el país.
Indicando la Secretaría de
Salud, Mercedes Juan López, que los casos que fueron confirmados por las
autoridades de epidemiología, se presentaron en los estados de Chiapas y Nuevo
León.
Asimismo llamó a los
mexicanos a llevar a cabo medidas de prevención como la eliminación de los
sitios de anidación del insecto transmisor, el Aedes aegypti.
La infección de zika,
dijo, se propaga por medio de la picadura de este mosquito, que es el mismo que
causa el dengue y el chikungunya.
Es triste y vergonzoso,
pero más preocupante que altos funcionarios de la Presidencia de la Republica,
incluyendo al propio Presidente de la Republica Enrique Peña Nieto, así como al
mismo gobernador del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello, hayan omitido
alertas sobre casos de zika.
En espacios cibernéticos,
los periodistas Margarita Moreno Soto junto con David López Velázquez, ambos
connotados periodistas de la ciudad de Huixtla, Chiapas, con mucha antelación
dieron la alerta sobre probables casos de zika en esta ciudad.
Lo grave del caso es que,
no obstante haber alertado a las jurisdicciones con mucha anticipación, los
periodistas fueron tirados locos, al no creerles que el virus de zika había
sido detectado por primera vez en dicha ciudad. Un mes después, las autoridades
informan del caso.
Ahora, desgraciada y
lamentablemente, las autoridades de salud confirman de la transmisión del
patógeno en el sur del país, después que el contagio ha sido propagado en otros
14 estados de la república.
Como siempre “después de
ahogado el niño tapan el pozo”, las autoridades de salud revelan que los brotes
de zika demuestra el potencial de este virus y que para evitar la propagación
hay que fumigar donde se encuentra el mosquito Aedes aegypti.
Dado que es el mismo
mosquito (Aedes aegypti) el responsable de transmitir los tres virus, las
actividades de control sanitario en Chiapas siguen siendo las mismas,
inoperantes y faltos de recursos económicos para combatir el insecto
transmisor. ¡Flamantes autoridades!
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